El primer día de nuestra semana de observación comenzó con la llegada al centro según el programa que nos habían planificado previamente.


El primer sitio al que nos dirigimos fue la sala de profes, que es una gran sala dividida en dos espacios. Uno con mesas de trabajo y otra con mesas altas y preparada con una pequeña cocina con cafetera, nevera, lavavajillas… Esta zona la utilizaban los profes como espacio de trabajo y para su descanso del almuerzo de 30 min.


Posteriormente nos recibió Eoghan, profesor de español e irlandés y encargado de nuestra visita. Nos invitó a realizar un recorrido por las instalaciones del centro y tuvimos la oportunidad de charlar con él sobre el funcionamiento del centro y de las clases.
Durante el recorrido me sorprendió la cantidad de información que había colgada en los pasillos, especialmente relativa a los estudios del centro.


Así como los trabajos realizados por el alumnado, relacionados con los proyectos que desarrollan en las diferentes asignaturas. Para utilizan una especie de corchos donde cuelgan con chinchetas los materiales producidos por el alumnado. Se apreciaba una cierta organización, cada pasillo/zona estaba dedicada a una temática diferente.
En cuanto a la organización de las aulas, todas ellas se asemejaban a las conocidas como ‘aulas de futuro’ o espacios flexibles de aprendizaje. Tiene mesas modulares que permiten fácilmente cambiar la disposición del alumnado, desde puestos individuales hasta grupos de 8 estudiantes. Las sillas son todas de colores, al igual que las paredes, que suelen estar pintadas con colores vivos. En algunas clases también existían mesas altas donde se sientan entre 5-8 estudiantes.
Las aulas cuentan con iluminación cenital con fluorescentes, aunque cuentan con buena iluminación natural a través de grandes ventanas con estores enrollables. El suelo, por su parte, se encuentra enmoquetado (típico de Irlanda), lo que aporta un aspecto muy positivo al reducir al mínimo ruidos molestos de sillas, caída de objetos… Me sorprendió la limpieza de las aulas, donde era raro encontrar papeles o envoltorios por el suelo.

En todas las clases cuentan con una pantalla de TV de unas 65’’ a la cual los profes conectan sus Ipads (a lo que me referiré más adelante). En la mayoría de las aulas cuentan con una o dos pizarras blancas de rotulador. Pero me sorprendió (y me gustó mucho la idea) cómo en algunas aulas tenían pintada toda la pared frontal con una pintura especial donde se podía escribir y borrar.
También todas las aulas contaban con una serie de carteles que ponían de manifiesto la apuesta que hace el centro por:
La metodología ABP: 5 carteles con 5 preguntas orientadas a la reflexión sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Refuerzo por el comportamiento positivo: con una serie de preguntas que intentan hacer reflexionar a los estudiantes cuando su comportamiento no es el adecuado.
Estrategia comunicativa: 3 carteles que guían a los estudiantes a la hora de responder preguntas de forma oral o escrita.
En el recorrido por las instalaciones del centro también pudimos ver las aulas específicas:
Las aulas para estudiantes con necesidades educativas contaban con más materiales y mobiliario adaptado a las especificidades del alumnado.
El aula de plástica era una gran sala que contaba con la posibilidad de división en dos y con una gran cantidad de materiales propios de la materia.
Como el centro cuenta con unas enseñanzas parecidas a nuestra FP Básica contaban con un espacio equipado con diferentes puestos de cocina y actividades domésticas.
Aula de informática: cuentan con un aula con 18 puestos de ordenadores, dispuestos en ‘U’ contra la pared, lo que facilita el control por parte del profesor de lo que los estudiantes están realizando en cada momento. Pero al mismo tiempo es un aula polivalente puesto que en la parte central se disponen unas mesas de trabajo especialmente utilizadas para dibujo técnico.


¡Y lo mejor para el final! De repente en un aula nos encontramos a Buddy, el ‘community dog’. Tienen un perro que se utiliza como terapia con animales para alumnos con necesidades específicas, sobre todo autismo o con procesos de ansiedad, según nos explicaron. El perrete pasa la jornada en el centro, cuidado por profes y estudiantes y el director del centro lo tiene en casa por la noche o periodos vacacionales.
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